lunes, 28 de diciembre de 2009

Era Navidad

Sí... ésta, Navidad del 2009. Al levantarme encontré sobre mi escritorio un librito "Las Moradas" de Santa Teresa de Jesús, el Nro. 101 de la colección "Grandes obras de la literatura universal" de la editorial Kapeluz, editado en 1991, libro pequeño pero de 256 pgs. con letra chica. Quien sabe cuantos años hace que lo tengo, esperando tener tiempo para leerlo tranquila y lo hallé desubicado, hace 2 o 4 días, no visible, en la parte de arriba de un mueble del cual estuve sacando el polvo y quizás algunas telas y fue entonces cuando yo misma lo desempolvé y lo dejé en mi escritorio, hasta que hoy, día tranquilo, ya pasada la Nochebuena para la cual tanto tuvimos que preparar y cocinar puedo dedicarme a leer lo que desee, pues hoy dejo de lado hasta la correspondencia que aún no he abierto. Día apacible, no espero visitas. Me regalaré esta lectura de Santa Teresa de Jesús, nacida como Teresa de Cepeda y Ahumada, religiosa y escritora española que es conocida como "Doctora de la Iglesia" y al terminar les haré un pequeño resumen, así los que tienen poco tiempo para leer cosas que no son de su profesión tienen información sobre el mismo.
Santa Teresa de Jesús nació el 28 de Marzo de 1515 y murió a los 67 años el 4 de Octubre de 1582. La ubicamos en el siglo XVI o siglo de Oro, llamado así por el gran florecimiento de las artes que lo fue también del misticismo. Recordemos que el autor místico dice recibir bajo inspiración divina lo que escribe o hace. Este parece ser el caso de Santa Teresa que al escribir este libro que originalmente se llamó "Las moradas del Castillo Interior" decía recibir un dictado divino. El libro comienza con un estudio preliminar y notas de Alberto Manguel resumen cronológico de la vida y obra de Sta. Teresa, descripción de la época que le tocó vivir: el siglo de oro y la literatura mística. Como Sta. Teresa era una monja Carmelita descalza, fundadora de estos conventos y llevaba "manuscritos de la vida" que debe ser un diario donde tenía las revelaciones recibidas que le incautó la Inquisición en 1575 y la santa refería a sus superiores aspectos tratados en ese libro, sus superiores le ordenaron escribir nuevamente lo que recordaba y empezó a hecerlo en 1577. En 1586, fallecida ya la santa (4 años antes), se hallaba el manuscrito en poder de la madre Ana de Jesús, quien lo facilitó para la edición de 1588, hecha por Fray Luis de León.
Las moradas son siete y en realidad son estados espirituales por los cuales vamos transitando o ascendiendo. No hay una escalera que se pisa para subir sino que es un mismo lugar que va transformándose, ascendiendo en perfección hasta llegar a la séptima morada siempre y cuando no nos detengamos en alguna de las moradas o nos caigamos a alguna de las que habíamos logrado traspasar.
Ella llega a la séptima morada y dijo "Querría tener mil vidas para emplearlas todas en Dios y todas cuantas cosas hay en la tierra fuesen lenguas para alabarle por ella".
Personalmente les digo: me alegro de haberme sacado el deseo de saber que decían sus revelaciones. En cuanto si me resultó placentera la lectura? No, está en el lenguaje de la calle del siglo XVI; falta claridad de expresión, repetitivo en sus relatos, escrito en castellano antiguo, engorroso para entenderlo; aunque está lleno de explicaciones al pie de casi todas las páginas. No aconsejable para lectura de aquellos que quieren mejorar ortografías, claridad de expresión o riqueza de vocabulario para alguien que quiere perfeccionarse en nuestra lengua.

viernes, 4 de diciembre de 2009

A cuantos barrios cantar?

Desde que era joven oía cantar a Alberto Castillo "Cien barrios porteños..." hasta que un chico me preguntó ¿Dra son cien barrios en serio? Respondí: La letra del tango dice eso pero no necesariamente tienen que ser cien: en poesía quiere decir muchos, y con eso salí del paso y continué mi camino. El niño se refería al número de barrios de la ciudad de Buenos Aires, capital de la República, adonde había venido a pasar unos días para su control y en donde yo ya hacía años vivía pero ocupada en mis estudios o en las obligaciones profesionales vivía dentro del radio de mis actividades sin siquiera haber pensado en el resto de la ciudad. Como soy entrerriana no me creía con obligación de saberlos, pero ahora el niño que me interrogaba era del interior del país y seguramente me iba a preguntar cuántos eran en realidad, ni bien me lo cruzara y la verdad era que yo no sabía. Cuando tuve tiempo decidí informarme y al final creo que de una guía telefónica de la época recorté este mapa, que acabo de encontrar en mi archivo, con los barrios de la ciudad de Buenos Aires, así de paso me enteraba de los mismos y no me sentía una extranjera en la propia capital de mi país. Eran 47. Me aseguré que esto fuera lo oficialmente aceptado: eran, corresponden a una resolución municipal de la época. Pero eran muchos y difíciles de retener de manera que hice mis reglas mnemotécnicas agrupando los nombres en villas, estaciones centrales de ferrocarriles, parques, etc. y así salió el poema llamado "A cuántos barrios cantar" que publiqué en el libro "Surcos de Luz" (Año 2001) y que pueden ver en mi blogspot "Poemas mensajeros". Es decir, el poema no es una fantasía sino una información real de los barrios de la ciudad de Buenos Aires correspondiente a la época en que fue escrito (años antes de publicado) y creo que es la que se usa hoy si es que no agregaron otros barrios o cambiaron el nombre de alguno de los 47 establecidos. Acompaño el manuscrito con el plano mencionado.
Con amor. NEM